Avanzaba esta mañana por un camino nubloso, la neblina me cubría por doquier...
Hoy un dulce olor a sangre putrefacta me arrancó el aliento, no podía respirar.
Me di cuenta que provenía de mi cuerpo falleciendo, de la muerte de la sequía de mis labios, del estupor de mi pecho.
Sacrificando mis ilusiones a cambio de nuestros tesoros labrados.
Entregandote lo más sagrado de mi escencia; mi juventud, belleza, mi compromiso...
Todo esto a cambio de besos y arrumacos.
Temes perder y yo lo estoy apostando todo, vida mía.
Este sabor a asco en mi boca es de mi aprisionado anhelo en la boca, de estas "ridículas" ilusiones de niña...
No hay comentarios:
Publicar un comentario